Hay mucha controversia en torno a las feministas radicales, y es una opinión muy dividida.
Una parte (la mayoría), crítica a estas mujeres porque les incomoda que se desnuden en la calle, o no usen toalla, las han llegado a llamar feminazis (término absurdo, puesto que no se puede comparar un genocidio, cuyo propósito era matar a millones de personas, con una mujer que quiere tener derechos).
Mientras que otras personas apoyan a las radicales, afirman que gracias a esto la gente volteó a ver el feminismo. Tal vez no fue la manera, pero muchos tabús (como la menstruación o el vello corporal) empezaron a ser tema de conversación.
Una cosa es el feminismo radical y otra es misandria. El primero trata de exponer y promover modificaciones al sistema que ha impregnado cada aspecto de nuestra vida, miestras que la misandria o hembrismo es el odio hacia los hombres.
Las feministas no odiamos a los hombres, solo queremos un mundo más justo, donde podamos convivir sin superioridad de ningún género.
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